Las galaxias son vastas islas cósmicas de estrellas, gas, polvo y materia oscura unidas por la gravedad. En imágenes, parecen ser remolinos mágicos de líneas y colores. ¿Sabías que las galaxias tienen cuatro formas principalmente? Pueden ser espirales, elípticas, lenticulares o irregulares. Por ejemplo, la Vía Láctea, que es la galaxia en la que vivimos, tiene forma de espiral. En este proyecto, usaremos dos técnicas de vertido de pintura distintas para crear bellas imágenes inspiradas en las formas y líneas orgánicas que caracterizan a las miles de millones de galaxias que hay en el universo.
Materiales
- Pintura para vertido ya preparada o pintura común (acrílico o tempera)
- Cola blanca
- Agua
- Vasos de plástico
- Protector para la superficie de pintura (bolsa de plástico, lona, papel de periódico)
- Cualquier material grueso y plano (cartón, trozos de madera… ¡usa tu imaginación!)
- Guante (opcional)
- Sorbetos y cepillos de dientes viejos (opcional)
Instrucciones
¡Te animamos a hacer este proyecto al aire libre junto a alguien más!
Paso 1: Prepara tu lugar de trabajo. Este proyecto es muy divertido y te permite experimentar, pero también puede manchar mucho. Prepara tu lugar de trabajo sobre una superficie plana. CONSEJO: Cubre tu lugar de trabajo para que sea más fácil limpiarlo. Reúne los materiales planos sobre los que vas a verter la pintura. Si has comprado o tienes pintura para vertido ya preparada, puedes saltarte el paso 2.
Paso 2: Mezcla las pinturas. Para que tu pintura sea fácil de verter, mezcla cola blanca y agua en vasos separados. No hay medidas exactas para esto porque el espesor de la pintura varía. Si tu pintura es de un espesor intermedio, entonces la mezcla debería ser aproximadamente mitad cola y mitad pintura. De ser necesario, ve añadiendo gotas de agua. Cuando compruebes cómo gotea tu pintura, asegúrate de que gotee de forma continua y de que forme un charquito donde cae. CONSEJO: La consistencia de la pintura debería ser similar a la de la miel caliente o a la de el helado derretido (¡qué rico!).
Paso 3: Elige el material sobre el que quieras verter la pintura y comienza a experimentar con distintas técnicas.
Vertido de charcos: Comienza vertiendo distintos charcos de pintura donde más te guste sobre la superficie que has elegido. Continúa vertiendo capas sobre estos charcos alternando los colores. Cuando estés satisfecho con los charcos que has creado, toma la pintura y comienza a inclinarla lentamente de izquierda a derecha y de adelante hacia atrás. Observa cómo se esparce la pintura por la superficie para crear hermosas formas y líneas orgánicas parecidas a una galaxia.
Vertido del vaso volteado: En un vaso —elige un vaso pequeño para superficies de pintura pequeñas o uno grande para superficies más grandes—, vierte capas de pintura alternando los colores hasta que esté lleno o casi lleno, dependiendo de lo grande que sea la superficie. Coloca tu superficie de pintura sobre el vaso, con la parte sobre la que vayas a pintar hacia abajo. Mantén el vaso en el centro de la superficie de pintura. Sosteniendo el vaso firmemente contra la superficie, voltéala de modo que el vaso quede bocabajo sobre el material de pintura. Lentamente, levanta el vaso de la superficie para dejar salir la pintura. Levanta el material de pintura y comienza a inclinarlo suavemente de izquierda a derecha y de adelante hacia atrás. Observa cómo se esparce la pintura por la superficie para crear hermosas formas y líneas orgánicas parecidas a una galaxia. CONSEJO: ¡Cuánta más pintura pongas mejor! Te sorprenderá la cantidad de pintura que se necesita para cubrir la superficie. La idea es que la pintura se esparza y caiga sobre los bordes del material y que, aun así, siga quedando mucha pintura en la superficie. CONSEJO: Soplar la pintura con un sorbeto o usar un cepillo de dientes para salpicar algo más de pintura sobre la superficie creará interesantes elementos galácticos en tu obra.
EXPLORA
Fíjate si puedes encontrar imágenes de galaxias en Internet que se parezcan a la pintura que creaste. Si quieres, también puedes ponerle nombre a tu galaxia.
La próxima vez que salgas afuera, intenta poner un granito de arena en la punta de tu dedo y sostenerlo con el brazo extendido, apuntando hacia el cielo. ¡Esa parte del cielo que tiene el tamaño de un granito de arena contiene unas 10,000 galaxias! ¿Cómo te sientes cuando intentas imaginar la cantidad de galaxias que habría en una parte del cielo del tamaño de una piedrita?
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